Tengo una monserga de ultratumba que visitar
Una sarta de mampostería mal arrimada en Entrevero
Un declive de Hierros oxidados y viejos, colgando en Paris
Pero ningún sitio ensimismado, prodiga mas que mi recoveco
Mi escondite, idóneo, para un milagro
La caricia, se desliza en un zaguán poco común
No son las ruinas, las que zozobran, eres tu, mi dulce sombra
Ni siquiera esos ojos almendrados y perfumados, me dejaran mentir
Bastó mas que un bufido de lobo nada feroz, para acorralarme
Aparecí, con velas, colchones y besos de todos los sabores, para ti
Me sumergí con mucha astucia en los licores de tu pelvis
Con dos mordidas, la manzana del olvido me acabe..
Desde entonces, prodigo con el mismo esmero que un caballo moribundo
Sin ese calor de infierno atiborrado de ternuras, no puedo mas vivir
Si mi hermoso recoveco se me fastidia al primer instante que lo miro