El vientre clama paz,
un poco de sal nocturna
y besos ahuyentados.
Fijamos la vista en la penumbra
y el silencio que cae de los árboles;
tratare de coger una hoja antes de dormir
para hacerte unos lindos versos al alba.
He perdido la razón frente a un claro,
vi parte de mi muerte reflejada dentro
y varios renacuajos que comían las sobras.
Estube victorioso varios días azulados
con tu ausencia y la sonrisa del perro,
algunas veces te miraba en el horizonte,
otras solo olvidaba tus besos en la mesa.
Carezco de cordura en la mar
y fundo el cielo en mis ojos,
tratando de olvidarte en sueños.
lunes, 18 de mayo de 2009
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